Circuito de La Colonia

Antes o después de visitar el Museo de la Electricidad merece la pena realizar otro viaje en el tiempo, pero esta vez con los propios pasos. Recorrer las calles de La Colonia, el nombre que ha perdurado para referirse al barrio construido en torno a la centra eléctrica, supone un acercamiento a 1914.

Remontando la Vía Pirenaica, la primera parada es la Casa del Jefe, en referencia a los edificios  que destacan por su jerarquía, reflejo de la figura que habitaba esta vivienda; el Ingeniero Jefe y otras autoridades, de corte elegante y cuidada arquitectura alpina. 

Girando por la calle del Carmen se accede a la nueva iglesia, erigida en la misma época por la empresa eléctrica, y, un poco más adelante el grupo de barracones bien conservados que hicieron las funciones de alojamiento, diferenciándose por tamaño aquellos que eran ocupados por obreros solteros y, modestos aunque un poco mayores, los que eran la residencia de los trabajadores casados. Cerca se sitúa la casa de los baños, lugar que garantizaba la higiene entre los habitantes de La Colonia. Circundando este área es visible dos edificios mayores que ahora se han transformado en el Pabellón y la Casa Cuartel de la Guardia Civil.

De vuelta a la Vía Pirenaida se distingue el Círculo Recreativo, aún en activo como bar y restaurante. En su interior aún conserva el escenario que lo convirtió en el punto de ocio como café-cantante y cine, gracias a una máquina de proyección que aún se conserva. 

La última parada de este circuito es la propia central hidroeléctrica, construida entre 1914 y 1918 sugiriendo la arquitectura religiosa medieval. Las grandes turbinas son las protagonistas en la magnífica estancia interior iluminada con lámparas de hierro en las horas de escasez de luz natural. El complejo hidroeléctrico se completa con diferentes dependencias anejas que albergarán los talleres y oficinas necesarias para el control de la Central.